Hace tiempo que algunos niños y niñas
querían aprender sobre dinosaurios. Mucha veces eludí la demanda por creer no
estar preparado para tan ardua aventura. Pero de forma natural, se llenó la
clase de pequeños dinosaurios, libros y conversaciones diarias sobre el tema.
Así que no tuve más remedio que dedicar un tiempo a tan apasionante contenido.
Como siempre mandamos una nota a casa para que nos ayudaran a conocer los
dinosaurios.
QUERIDA
FAMILIA:
ESTE
CURSO ESTAMOS MUY INTERESADOS ENAPRENDER SOBRE DINOSAURIOS. COMO SIEMPRE PODÉIS COLABORAR
APORTANDO MATERIAL QUE TENGÁIS EN CASA SOBRE EL TEMA: JUGUETES, PELÍCULAS,
LÁMINAS, DIBUJOS, INFORMACIÓN, LIBROS, CUENTOS, ETC.
Y comenzó a venir de casa muchos
dinosaurios de juguetes, libros, información de Internet, películas, ideas...
y hasta fósiles.
Cada uno de estos materiales lo fueron
presentando y explicando a los compañeros y compañeras de clase. Y así la
asamblea diaria se fue convirtiendo en centro de conocimiento y discusión sobre
los dinosaurios.
- Maestro, los dinosaurios nacen de huevo.
- El Tiranosaurio es carnívoro. - A mí me gusta el Diplodocus que es el más
grande. - Mi madre dice que los dinosaurios se extinguieron. - Si, por un
meteorito, etc.
Es impresionante la cantidad de
información que nos llega de casa y que compartimos en clase. Y sobretodo, es
necesario destacar el entusiasmo con el que el alumnado se enfrenta a un nuevo
conocimiento cuando les llega muy hondo. Y es que con los dinosaurios hablamos
de seres fantástico, de esqueletos, de enigmas, de meteoritos, de volcanes y de
muchas cuestiones que llegan a lo más emocional de la infancia.
También buscamos información en la
biblioteca de nuestro colegio. Aprendimos a buscar los nombres de los
dinosaurios de juguetes en los libros que teníamos. Leímos mucha información
sobre estos animales fantásticos en los libros que teníamos y hasta
vimos dinosaurios en tres dimensiones con unas gafas especiales.
Nos llegaron películas sobre dinosaurios
en pendrive. Y discutimos sobre cómo puede caber una película en un objeto tan
pequeño. Así nos vamos acercando al enigma de la tecnología. En las
películas, pudimos observar cómo nacen los dinosaurios, cómo se alimentan, los
diferentes dinosaurios que existían, qué son los fósiles, y muchas cosas más.
Jordan y Natalia trajeron a sus tortugas,
que se parecen a los dinosaurios. Y, casualidades de la vida, encontramos en la
calle un sapo y lo tenemos en clase como mascota. Hemos averiguado que son
familias de los dinosaurios porque nacen de huevos y tienen una piel parecida.
Así que tocando a nuestro sapo y a las tortugas es como si tocáramos a un
dinosaurio.
Para aprender sobre un tema tenemos que
sentirlo. Los aprendizajes verdaderos son los que llegan al alma atravesando el
cuerpo. Es por eso que jugamos a ser dinosaurios y nos cayeron meteoritos, como
decía el libro, y los volcanes derramaron sobre nuestros cuerpos lava y polvo
envenenado. Y todos quedamos muertos. Y luego pasaron millones de años, en los
que nos cubrimos de tierra y nuestros esqueletos se convirtieron en piedras. Nos
convertimos en fósiles, y fuimos descubiertos por los paleontólogos.
Un proyecto funciona cuando inunda el alma
de los niños y niñas de la clase y, de forma espontánea, juegan en el tiempo
libre o en patio a que son paleontólogos y descubren fósiles de dinosaurios.
Algunos ya confiesan que quieren ser paleontólogos cuando sean mayores.
El
teatro que más les gustó fue el de los paleontólogos que descubren fósiles
de dinosaurios.
Y es entonces cuando tiene sentido leer
información de libros sobre los fósiles y colorear y escribir para construir
un libro de dinosaurios.
Irene había ido a Dinópolis, en
Teruel y sabía mucho sobre dinosaurios. Esta es la
web, para los que quieran información o deseen visitarlo.
Incluso tenía fósiles de verdad y
los trajo a clase. Fue emocionante tocar animales de hace millones de años.
Y en el tiempo libre comenzamos a jugar con
dinosaurios en los diferentes rincones de actividades.
Con el programa de ordenador "La casa
de Sami" construimos dinosaurios e hicimos películas sobre los volcanes o
sobre la metamorfosis de la rana.
Y jugamos con los dinosaurios de juguetes
o en nuestro teatro de guiñol.
Construimos caretas de dinosaurios para
hacer teatro y para jugar.
También hicimos dinosaurios con alambres
limpia pipas o con plastilina.
Y nos encantó visitar
diariamente nuestra biblioteca de aula para ver libros sobre dinosaurios.
La madre de Camila nos enseñó a
realizar diplodocus para colgar en la manivelas de las puertas.
Y aprendimos una canción sobre
dinosaurios que encontramos en Internet:
Y fuimos a ver los cipreses del patio
para imaginar cómo eran de alto los diplodocus.
Y cada día fuimos haciendo
un libro sobre dinosaurios con toda la información que aprendíamos.
Dibujamos en el patio un dinosaurio de 25
metros que recorrimos desde la boca hasta la cola, para sentir lo grande que
era. Y medimos una cinta de 25 metros que colgamos desde el balcón de la
biblioteca del colegio para imaginar cómo eran de altos. Y dibujamos 20
elefantes para calcular lo que pesaba un diplodocus. También construimos un
dinosaurio de 35 cm., porque también existían dinosaurios pequeños. Otro día
hicimos una huella de dinosaurio de metro y medio que habíamos visto en un libro. Y fue así cómo
nos servimos de las matemáticas para aprender las dimensiones de los
dinosaurios. Y todo ello lo íbamos plasmando en nuestro portafolios para
realizar un libro.
Nos llegó material de deshecho para construir
dinosaurios, como el Tiranosaurio y el Estegosaurio.
También jugamos con
tarjetas con nombres, dibujos de sombras y puzzles de dinosaurios.
Y Silvia nos enseñó palabras en inglés
sobre las partes del cuerpo de los dinosaurios y nos construyó un juego de
memoria y palabras.
Para más información sobre el trabajo en inglés: blog
de Silvia.
También contamos el cuento del último dinosaurio de
Pedro Pablo Sacristán.
CUENTO:
EL ÚLTIMO DINOSAURIO
En el cráter de un antiguo
volcán, situado en lo alto del único monte de una región perdida en las
selvas tropicales, habitaba el último grupo de grandes dinosaurios feroces.
Durante miles y miles de años, sobrevivieron a los cambios de la tierra y
ahora, liderados por el gran Ferocitaurus, planeaban salir de su escondite para
volver a dominarla.
Ferocitaurus era un temible tiranosaurus rex que había decidido que llevaban
demasiado tiempo aislados, así que durante algunos años se unieron para
trabajar y derribar las paredes del gran cráter. Y cuando lo consiguieron,
todos prepararon cuidadosamente sus garras y sus dientes para volver a
atemorizar al mundo.
Al abandonar su escondite de miles de años, todo les resultaba nuevo, muy
distinto a lo que se habían acostumbrado en el cráter, pero siguieron con paso
firme durante días. Por fin, desde lo alto de unas montañas vieron un pequeño
pueblo, con sus casas y sus habitantes, que parecían pequeños puntitos. Sin
haber visto antes a ningún humano, se lanzaron feroces montaña abajo,
dispuestos a arrasar con lo que se encontraran...
Pero según se acercaron al pueblecito, las casas se fueron haciendo más y más
grandes, y más y más.... y cuando las alcanzaron, resultó que eran muchísimo
más grandes que los propios dinosaurios, y un niño que pasaba por allí dijo:
"¡papá, papá, he encontrado unos dinosaurios en miniatura! ¿puedo quedármelos?".
Así las cosas, el temible Ferocitaurus y sus amigos terminaron siendo las
mascotas de los niños del pueblo, y al comprobar que millones de años de
evolución en el cráter habían convertido a su especie en dinosaurios enanos,
aprendieron que nada dura para siempre, y que siempre hay estar dispuesto a
adaptarse. Y eso sí, todos demostraron ser unas excelentes y divertidas
mascotas.
Y alguien sugirió la idea de construir
volcanes.
Destacamos la
ilusión que nos hizo construir un volcán que echaba lava de verdad con
vinagre, bicarbonato y un poco de pintura roja.
Parte de lo aprendido fue formando parte de
nuestro libro sobre dinosaurios que compartimos con la familia.
