SALIDA AL CERRO

En la zona de Vélez-Málaga denominada El Cerro se encuentra unos de los edificios más emblemáticos del pueblo debido a las pinturas de sus muros, La Ermita de Los Remedios. En este barrio vive buena parte del alumnado de la clase, así que era imprescindible, a pesar del calor de final de curso, realizar una salida para visitarlo. 

   

La subida al Cerro era todo cuesta arriba, así que sentimos el cansancio que experimenta el alumnado que vive en esta zona del pueblo. Visitamos las casas de Jorge, de Alejandro,...

                            

..., la casa de Raúl, y la de Esteban,...

 

                       

Las casas de los abuelos de Irune y de Elena, que estuvieron encantados con nuestra visita. 

                       

También vimos la panadería a la que le compramos el pan cada viernes para desayunar pan con aceite. Toda la calle olía a pan calentito. Y nos percatamos de que todas las calles del barrio tenían nombres relacionados con La Semana Santa: Santo Sepulcro, Túnica, Jesús el Rico, Ángel, Cristo de la Columna, Vigías, etc. 

     

Desde lo alto del Cerro vimos todo el pueblo, el mar, La Fortaleza y la casa de Elena. 

                         

Todo el pueblo visto desde arriba parecía un mapa, según dijo alguien. Esta perspectiva del pueblo crea el verdadero concepto de pueblo, de un pueblo, vivido, sentido, percibido y concebido. Hay aprendizajes que requieren del esfuerzo, el sudor y la emoción compartida.      

    

   

   Entramos en la enigmática ermita de Los Remedios, la llamada ermita transparente. Este nombre se debe a Evaristo Guerra, famoso pintor del pueblo, que ha convertido en transparente todos los muros pintando el paisaje exterior. En cada lateral de la ermita podemos contemplar una pintura de los montes que vemos en el exterior, con lo cual, ha conseguido volver transparente el edificio. 

                              

Nos gustó especialmente ver el cielo estrellado y el mar. La pregunta más insistente fue cómo Evaristo pudo pintar ese cuadro tan alto que llega hasta el techo. Así que bajamos imágenes de Internet en donde aparece el artista subido en un andamio, pintando la ermita. 

 

En medio del paisaje de La Axarquía, también pinta edificios importantes del pueblo y actividades tradicionales de Vélez-Málaga: recogida de la aceituna, ordeño de cabras, mujer haciendo churros, pescadores, etc. 

                       

También aprendemos en su pintura juegos tradicionales, como el salto de la pídola o el burro, que luego realizamos en el patio. 

   

Y aprendimos que este gran pintor, llamado Evaristo Guerra, es familia de nuestra compañera María Guerra, que pintaba haciendo puntitos, que fue muy famoso en Madrid, y que perdió a su madre cuando era un niño y por eso la pinta en la ermita sentada en una silla de ruedas. Evaristo Guerra aún vive en nuestro pueblo. Quién sabe si algún día lo vemos por ahí y le agradecemos su magnífica obra. 

                         

Después de la visita a la ermita, ya con hambre, comenzamos a bajar del Cerro hacia la casa de Vicente y Juan.

 

                               

Juan y Vicente nos enseña su casa y en su patio desayunamos, nos invita a un polo flan y a jugar con sus juguetes. Gracias por la generosidad. ¡Qué bonito visitar la casa de los amigos desde el colegio! 

                               

De vuelta al colegio, seguimos aprendiendo cosas no previstas sobre el pueblo. Contemplamos el esqueleto de una casa antes de ser terminada. También vimos en el suelo unas puertas metálicas que ponía Telefónica. Descubrimos un mundo en el subsuelo de nuestro pueblo. Bajo tierra estaba la luz, el agua, los desagües, etc. 

       

Llegamos cansados al colegio, nos quitamos los zapatos y nos relajamos con música. Era mucho el disfrute, la emoción y los aprendizajes en una sola mañana. 

 

En clase hicimos una montaña para que fuera el Cerro. Sobre ella situamos la ermita de Los Remedios y las casas cercanas.

En las múltiples salidas, hemos visitado la mayoría de las casas de nuestro alumnado. Las que faltan ya las visitamos en las salidas del curso pasado. Vimos la casa de María López y de Mari Sol cuando fuimos al teatro El Carmen a un concierto. La casas más lejanas de Irene y Hamza las vislumbramos a lo lejos desde el tranvía cuando fuimos al Cine en Navidad. 

Durante todo el proyecto de conocimiento de nuestro pueblo hemos sentido que nuestras casas pertenecen a este maravilloso pueblo que se llama Vélez-Málaga. 

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