El miedo es un sentimiento que todos tenemos y que a los 4 años se manifiesta especialmente. Trabajarlo en infantil es importante porque se hace necesario conocerlo, dominarlo, tomar conciencia, jugarlo y hablar de él. La toma de conciencia sobre los sentimientos es la mejor forma de soportar las emociones que nos invaden en estos años tan críticos en los que construimos nuestras mentes.

Lo primero es hablar de nuestros miedos en la asamblea. ¿Qué nos da miedo?

Poner palabras a nuestras emociones es comenzar a dominarlas.

- Las brujas, los fantasmas, la oscuridad, los perros, los leones, ... Un sinfín de imágenes para una misma emoción.

Menos mal que tenemos un libro mágico en clase. En él apuntamos nuestro nombre y nuestros miedos, pasamos la mano tres veces por la portada y el miedo desaparece. Así nos animamos a contar nuestros miedos. Así comenzamos a combatir nuestros miedos.

                                

En nuestra cultura se manifiesta el miedo de mil maneras. Mandamos una nota a casa para que nos ayuden a identificar el miedo.

En estos días vamos a trabajar sobre los monstruos, las brujas, los fantasmas, la oscuridad y todo lo que nos da miedo. En estas edades aparecen muchos miedos que es necesario superar y la mejor manera es jugando con él, hablando sobre lo que nos asusta y aprendiendo canciones, poesías y cuentos sobre historias de miedo. Podéis colaborar en casa hablando sobre el tema o trayendo cuentos, muñecos que asustan, revistas, historias o ideas sobre el tema.

 

Comienza a venir de casa muñecos, libros, fotos, cuentos y miedos de verdad. Y nuestra biblioteca se llena de cuentos sobre el tema. Y comenzamos a llenar nuestra clase de historias de miedos.

                           

Y Juan y Vicente nos trae una calabaza que la mamá de Camila convierte en algo mágico. Por la mañana echamos al fuego de la calabaza todos nuestros miedos y desaparecen. 

               

Y una mamá nos trae algunos cuentos sobre la oscuridad porque a su hijo le da miedo quedarse a oscura de noche. Y los cuentos nos ayudan a todos.

El miedo es blandito y suave

Gracias al autor, Pedro Pablo Sacristán.

http://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/el-miedo-es-blandito-y-suave

Marina era una niña que tenía mucho miedo de la oscuridad. Al apagarse la luz, todas las cosas y sombras le parecían los más temibles monstruos. Y aunque sus papás le explicaban cada día con mucha paciencia que aquello no eran monstruos, y ella les entendía, no dejaba de sentir un miedo atroz.

Un día recibieron en casa la visita de la tía Valeria. Era una mujer increíble, famosísima por su valentía y por haber hecho miles de viajes y vivido cientos de aventuras, de las que incluso habían hecho libros y películas. Marina, con ganas de vencer el miedo, le preguntó a su tía cómo era tan valiente, y si alguna vez había se había asustado.
- Muchísimas veces, Marina. Recuerdo cuando era pequeña y tenía un miedo terrible a la oscuridad. No podía quedarme a oscuras ni un momento.
La niña se emocionó muchísimo; ¿cómo era posible que alguien tan valiente pudiera haber tenido miedo a la oscuridad?
- Te contaré un secreto, Marina. Quienes me ensañaron a ser valiente fueron unos niños ciegos. Ellos no pueden ver, así que si no hubieran descubierto el secreto de no tener miedo a la oscuridad, estarían siempre asustadísimos.

- ¡Es verdad! -dijo Marina, muy interesada- ¿me cuentas ese secreto?
- ¡Claro! su secreto es cambiar de ojos. Como ellos no pueden ver, sus ojos son sus manos. Lo único que tienes que hacer para vencer el miedo a la oscuridad es hacer como ellos, cerrar los ojos de la cara y usar los de las manos. Te propongo un trato: esta noche, cuando vayas a dormir y apagues la luz, si hay algo que te dé miedo cierra los ojos, levántete con cuidado, y trata de ver qué es lo que te daba miedo con los ojos de tus manos... y mañana me cuentas cómo es el miedo.

Marina aceptó, algo preocupada. Sabía que tendría que ser valiente para cerrar los ojos y tocar aquello que le asustaba, pero estaba dispuesta a probarlo, porque ya era muy mayor, así que no protestó ni un pelín cuando sus padres la acostaron, y ella misma apagó la luz. Al poco rato, sintió miedo de una de las sombras en la habitación, y haciendo caso del consejo de la tía Valeria, cerró los ojos de la cara y abrió los de las manos, y con mucho valor fue a tocar aquella sombra misteriosa...

A la mañana siguiente, Marina llegó corriendo a la cocina, con una gran sonrisa, y cantando. "¡el miedo es blandito y suave!... ¡es mi osito de peluche!"

Diariamente en el tiempo de actividades libres ideamos muchos trabajos sobre el miedo. Calcamos dibujos en nuestra máquina de calcar, construimos guiñol para el teatro, o hacemos caretas que dan mitad miedo y mitad risas.


   

   

También jugamos a los monstruos lógicos. Tenemos monstruos cuadrados, círculos y triángulos y de varios colores. Cada uno hay que ponerlos en su sitio.

Los viernes hacemos teatro de miedo. Y nos disfrazamos de drácula, momia, vampiros o brujas.

        

Otros días hacemos guiñol de miedo y representamos historias en nuestra televisión.

    

El roce hace el cariño y nos quita el miedo. Por eso aprendemos a hacer masajes de miedo y a aprendemos el juego de Pipirigaña.

                                

Pipirigaña

Matalagaña

Un conejito muy chiquitito

Quién lo mató

La pícara vieja que está en el rincón

Aparta la mano que viene el ratón.

 

No se pierdan esta web para disfrutar como nosotros de fantásticas poesías sobre el miedo.

http://www.poemitas.com/halloween.htm

Así pasamos de lo vivido y sentido a tomar conciencia, a expresar y apresar nuestras emociones y miedos.

 

El contenido sobre el que trabajamos fueron tres actividades globales: (Pica en cada una para verlas)

1.- Un cuento: Socorro

2.- Una canción: Los esqueletos

3.- Un cuadro: El Grito de Munch

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