LA SEMILLA DORADA

Poesía: La semilla dorada

Poesía sacada de Maestras Infantiles mandada por Ainoa de Navarra (Gracias por compartir)

En su camita de tierra

Descansaba la semilla dorada:

Algunas gotitas de la lluvia

Entraron a despertarla

 El sol se acercó un poquito

Y le regaló su calor.

La semilla rompió su traje,

Hizo fuerza… y se estiró

 Se asomó muy curiosa

Y el mundo descubrió

Así la semilla dorada

En planta se convirtió

 Nos encantó convertirnos en semilla cada vez que recitamos la poesía. Siempre les echo agua de verdad y entonces se despiertan y comienzan a convertirse en plantas. Ya saben que no pueden mover los pies del suelo porque las plantas no andan. Tan sólo mueven sus hojas.

Del cuerpo pasamos a la realidad y traemos semillas para sembrar. Diariamente vemos como van rompiendo sus traje y comienzan a brotar las lentejas, las habichuelas y los garbanzos. Y el rincón de la naturaleza del aula toma vida diariamente.

 

Con los tetrabrik de los zumos y batidos del desayuno hacemos macetitas para sembrar cada cual lo que más les gusta. Las decoramos, ponemos nuestros nombres, las cuidamos y observamos cómo van creciendo, sus primeras hojas, su tallo y su raíz.

 Con los botes de zumos y yogourt hacemos sonajeros con semillas para acompañar las canciones.

            

Tenemos un pequeño huerto en el que hemos sembrado habas. Es mágico esto de las plantas. Con una semilla crecerá una nueva planta que florecerá y nos dará su fruto. Lo hemos aprendido en la asamblea mediante conversaciones diarias. Cada cual va lanzando su hipótesis de qué pasará, que necesitan para crecer, cuánto tardará, etc. Y así vamos construyendo el conocimiento entre todos. 

 

Diariamente nos acercamos al mundo de la escritura de forma funcional y significativa. Hacemos un libro para compartir la poesía con nuestras familias. 

                 

                

 

La siembra de los garbanzos y las habichuelas nos traen a la memoria dos cuentos: Garbancito y La habichuela mágica. 

Hubo que contarlo una decena de veces. ¿Por qué los cuentos clásicos enganchan tanto? 

Garbancito les llega hondo, por lo pequeño, por sus repeticiones, por la canción, por estar dentro de la barriga de la baca, de una barriga, como ellos estuvieron. Sobretodo por las risas que les da cuando sale por el culo de la vaca. Y así vamos adentrándonos en el maravilloso mundo de la literatura. Dibujamos el cuento y bailamos la canción de Garbancito de forma muy divertida. 

         

El cuento La habichuela mágica nos llegó al alma por otro camino, por el de nuestros miedos con el ogro, por la aventura, por los conflictos que nos inquietan y al final siempre se resuelven de forma feliz. Además de dibujar el cuento nos encantó realizar actividades en el ordenador. Sobretodo entusiasmá el juego de desnudar al ogro. Al unir el nombre de una prenda de ropa con la del ogro va desapareciendo hasta que el ogro se queda sin ropa y los niños y niñas sin tristezas. Y así van tanteando las palabras e intuyendo la lectura de forma natural y divertida. (Ver juego en Clic)

                

 

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