SALIDA A LA BIBLIOTECA

Salimos del colegio, no sin antes recordar las normas a respetar en una salida a la calle: ir por la acera, todos de la mano, cruzamos por los pasos de cebra, no corremos, etc.

Nuestro colegio está situado en la Calle Parque del Romeral. En el itinerario visitamos la casa de Jaime, de María Guerra y de Alba y Mar. Nos fijamos en el tipo de casa, en el número y en los buzones. También tocamos el timbre.

              

Fuimos encontrando letras y números por todas partes. De aquí en adelante veríamos lenguaje escrito y numeración por todo el pueblo. Son estos contenidos funcionales de la realidad los que luego estudiamos en el aula. 

Andamos por la acera, cruzamos por los pasos de cebra, vimos rotondas con fuentes, carteles y discos y, por fin, la estatua de la Biblioteca. 

La Bibliotecaria nos tenía preparada algunas actividades sobre las normas de utilización de la biblioteca y nos leyó un cuento. También nos dio unas solicitudes para sacarnos el carné de la biblioteca.

 

En los proyectos siempre estamos abiertos para lo no previsto, y es por eso que nos sorprende la realidad. En la biblioteca, de forma espontánea, se pusieron a buscar libros y se toparon con lo aprendido. Jorge y Juan dieron con un libro de ciencias y reconocieron los dinosaurios trabajados en clase. Irene encontró un cuento que leímos muchas veces, El topo que quería saber quién se había hecho eso encima, y se puso a leerlo. Y no sé cómo, Esteban se topó con un libro de la generación del 27 en el reconoció a Federico García Lorca, del que habíamos aprendido algunas poesías.

                                                                          

     Después de la visita a la Biblioteca de Vélez-Málaga, fuimos al parque a desayunar. Una vez más, surgen aprendizajes inesperados: las tortugas, los peces y los patos del estanque, columpios y toboganes, un sinfín de plantas,...

                                           

..., abuelos con perros en los bancos y hasta nuestra propia sombra.

También el camino de vuelta nos reparó sorpresas no programadas, como la cartera, la abuela de Alba y Mar o la Iglesia de San José, en donde entramos porque muchos querían ver a un famoso cristo del pueblo.

De vuelta, reparamos en el letrero que anuncia nuestro colegio, El Romeral.Llegamos cansados, nos quitamos los zapatos, cerramos los ojos y visualizamos todo lo vivido en la calle. Al día siguiente dibujamos el itinerario de la salida en un mapa.

Y es que se hace proyecto al andar...

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